Cali se vio como el mejor vividero del mundo
Cali se ve logró su objetivo: convertirse en vitrina y plataforma virtual para que el mundo conociera los grandes avances de la ciudad en aspectos como emprendimiento, inclusión, solidaridad, cultura, medio ambiente, salud, entre otros.
Se trata de la tercera campaña de El País y sus diez aliados estratégicos para elevar el sentido de pertenencia y recuperar el orgullo de los caleños por su ciudad.
Por ello, en 2015, el objetivo fue hablar bien de Cali cuando lo que hacíamos a diario era todo lo contrario, y en 2016, hacer buenas acciones por ella. Ahora, en este 2017, ‘Cali se ve’ le apostó a cosechar el fruto sembrado durante estos dos años para que sus ciudadanos comenzáramos a mirar a la Sultana con optimismo, amor y esperanza por un mejor futuro.

Durante 100 días, a través de Facebook, Twitter e Instagram, los ciudadanos expresaron su caleñidad por medio de fotografías, videos, comentarios y reacciones, que dieron cuenta de que efectivamente nacimos en el mejor vividero del mundo.
Las redes sociales se convirtieron en un espacio de encuentro en el que los caleños expresaron sus sentimientos de amor por la ciudad, compartieron sus iniciativas para hacerla un lugar mejor, confesaron esas pequeñas causas de felicidad que solo en Cali pueden hallar (la salsa, el chontaduro, los cholados, los atardeceres, los Farallones, San Antonio, tantas cosas) y exaltaron la belleza que nos ofrece en cada rincón la Sultana del Valle.
Cali Se Ve fue una plataforma impulsada por miles de caleños, quienes con interacciones hicieron eco de la grandeza de la capital vallecaucana, de la grandeza de su gente. Likes, corazones, sonrisas, comentarios, emoticones, expresiones más caleñas que una lulada en una tarde soleada, se hicieron virales durante estos meses. Los caleños se vieron solidarios, incluyentes, sonrientes, partícipes de una ciudad soñada, anhelada, repleta de acciones conmovedoras, originales, pero, por encima de todo, transformadoras.
“Cali se ve es una excelente iniciativa para hacer que los caleños y adoptados recuperemos el sentido de pertenencia y amor por Cali. Nuestra dulce, amada y soñada ciudad que enamora y encanta. La que todos queremos ver completamente recuperada y bien tratada. Es bonito ver cómo la empresa privada y pública se unen a la causa. Esa es la clave para que nos contagiemos del buen espíritu y actitud hacia nuestra singular ciudad. Cali se ve renovada, radiante y alegre y solo falta el sentido de pertenencia de su gente”, escribió al inicio de la campaña John Francisco Bolaños, uno de los visitantes a nuestras redes sociales.

Recuperar ese sentido de pertenencia es el objetivo que El País y sus aliados se han propuesto alcanzar en estos últimos años. Un aporte para que, a partir de ese renovado orgullo por lo que somos y representamos, continuemos haciendo de nuestra ciudad un lugar mejor para las generaciones futuras. Hablar de contribuir al sentido de pertenencia, del orgullo caleño, es también proyectar un futuro repleto de acciones positivas en nuestra ciudad.
Durante los últimos 100 días narramos las historias de decenas de ciudadanos que trabajan a diario para hacer de Cali un lugar repleto de emprendimientos positivos. Fruto de su esfuerzo e inventiva resultan soluciones que contribuyen a la preservación del medio ambiente, a la puesta en el mercado de alimentos sanos y nutritivos para humanos y mascotas, helados hechos con ciencia, pelucas para pacientes con cáncer, fundaciones que apoyan a los menos favorecidos para sembrar sonrisas en sus rostros.
Fueron muchos casos de éxito. Carlos González, por ejemplo, creó ‘Homecell’, una empresa que propone un novedoso sistema de construcción a partir de bloques ecológicos fabricados con el residuo que deja la producción de empaques de plástico y las cascarillas de arroz y café, disminuyendo así la emisión de residuos, creando un alivio para el planeta.
A Francisco Ramírez, en cambio, se le ocurrió la idea de implementar en Cali una nueva forma de hacer helados. Estudió una y otra vez la forma en que el nitrógeno líquido congelaba cualquier sustancia en tan solo 50 segundos. Como un mago mezcló leche y glucosa en presencia del nitrógeno, permitiendo que la textura de los helados fuera mucho más suave y cremosa. El resultado, por supuesto, es una delicia con el sabor a las frutas recién cosechadas.
Mientras tanto, Ángela Sofía Sepúlveda abrió las puertas de Casa Oportunidad Coworking, una oficina-hogar compartida entre profesionales de diferentes disciplinas que se cooperan para obtener mejores resultados en sus proyectos y, también, disminuir costos. Aprendimos, gracias a ella que “emprender es unirse”.
En El País estamos convencidos de que las ideas transforman. La idea de un mejor vividero, de un lugar repleto de oportunidades para crecer, hizo que Cali se viera pujante, emprendedora, innovadora, incluyente, solidaria, alegre, saludable y sostenible. Así, un sinnúmero de ciudadanos compartieron sus hazañas, sus iniciativas repletas de fe y esperanza. Porque Cali Se vio, ve y verá siempre como la cuna de grandes personas que nos hacen palpitar de orgullo.